¿Qué es la liberalización ferroviaria?
La liberalización ferroviaria es un proyecto europeo que consiste en permitir que empresas privadas (o también públicas) puedan proporcionar servicios de transporte de personas o mercancías utilizando las mismas vías que los operadores ferroviarios nacionales. Para ello, la UE exige a los estados que distingan entre su empresa ferroviaria nacional –en el caso de España, Renfe– y un organismo aparte que se encargue de gestionar, mantener y construir las vías y las estaciones – en España, Adif–. De esta manera, la infraestructura se mantiene en buen estado al mismo tiempo que se promueve la competencia en la oferta de trenes.
En sus comienzos, la apertura del mercado ferroviario se justificaba en la idea de hacer más Europa, eliminando diferencias entre países y favoreciendo la convergencia. Pero el transporte en tren ha tomado una nueva imagen en los últimos años: se ha pasado a hablar de él como una de las palancas para descarbonizar el transporte y caminar hacia un modelo sostenible de movilidad.
De RENFE a Renfe (y Adif)
Todos estos cambios normativos fueron adaptados por los Estados miembros de distintas formas. En España, el 1 de enero de 2005 se terminó con la antigua RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles), fundada en 1941 tras la nacionalización de varias empresas privadas. Durante 64 años, RENFE asumió tanto la operación de los trenes como el desarrollo y mantenimiento de las vías. Con la liberalización, RENFE se escindió en dos empresas distintas: Renfe-Operadora y Adif.
Las dos empresas siguen siendo públicas y hoy Renfe aún cuenta con el monopolio de los cercanías y trenes de media distancia, que están subsidiados por el Estado. En 2013, Renfe absorbió a FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha), otra empresa pública estatal creada en 1965 que operaba líneas en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla-León y Murcia.
Estos servicios pasaron a ser prestados por Renfe-Operadora bajo la marca Renfe Feve, que ahora se llama Renfe Cercanías AM. De la misma forma, las infraestructuras de estas líneas de vía estrecha pasaron a manos de Adif. También en 2013, con el argumento de racionalizar mejor la red, el Gobierno creó Adif Alta Velocidad, una escisión enfocada a gestionar este tipo de líneas.